Durante décadas, miles de ecuatorianos en España han trabajado con esfuerzo y constancia en sectores esenciales como la construcción, la limpieza o el cuidado de personas mayores. Hoy, muchos de ellos se preparan para una nueva etapa: la jubilación.
Aunque las pensiones que recibirán pueden parecer modestas en Europa, en Ecuador representan una oportunidad real para vivir con dignidad, incluso para cumplir un sueño postergado: comprar su primera o segunda vivienda en su país de origen.
Los perfiles más comunes entre los migrantes ecuatorianos cercanos a la jubilación son:
Albañiles, pintores, obreros de la construcción.
Trabajadoras del hogar, personal de limpieza en hoteles, oficinas o domicilios particulares.
Cuidadoras y auxiliares de geriatría.
Aunque muchos cotizaron en el sistema español durante 15, 20 o más años, la pensión media a la que acceden no suele superar los 750–900 euros mensuales. En España, esa cantidad apenas alcanza para cubrir alquiler, servicios y alimentación.
Muchos migrantes ya han enviado remesas para ayudar a sus familias, pero no todos han podido adquirir un inmueble a su nombre. Ahora, al acercarse la jubilación, surge una oportunidad concreta:
Invertir su fondo de pensión en una primera o segunda vivienda.
Acceder a financiamiento hipotecario en condiciones adaptadas a su situación.
Utilizar la pensión española como respaldo de pago, generando confianza a las entidades financieras ecuatorianas.
¿Qué necesitan estos jubilados?
Asesoría clara y transparente, en su idioma y con conocimiento de sus necesidades.
Procesos sin burocracia excesiva, que entiendan la realidad de vivir en España y comprar en Ecuador.
Alianzas que conecten bancos, promotoras y corresponsales, para evitar estafas o malos negocios.